viernes, 9 de marzo de 2012

Caballo andaluz

Caballo andaluz

Caballo andaluz.
El caballo andaluz es una raza de caballo española originaria de Andalucía. Se trata de un caballo ibérico de tipo barroco que está entre las razas equinas más antiguas del mundo. En España también se le conoce comúnmente como "caballo español" y se le denomina oficialmente "Pura Raza Española" (PRE), porque se considera que el andaluz es el caballo español por antonomasia, a pesar de que existen muchas otras razas equinas españolas. Sin embargo en la mayoría de países recibe el nombre de "caballo andaluz". El caballo cartujano es una de las líneas de cría más importantes de esta raza.
A lo largo de la historia el caballo andaluz ha tenido un papel fundamental en la formación de razas equinas europeas y americanas, como el caballo hispano-árabe, hispano-bretón, el frisón, el lipizzano, el kladruber,el criollo, el paso fino, el peruano de paso, el mustang, el Alter Real y el lusitano.

Antecedentes históricos

El Guadalquivir a su paso por Córdoba.
Desde la Antigüedad los caballos de la Bética fueron muy apreciados en el circo romano y han tenido gran fama. En la Edad Media, en la actual Andalucía había tantos caballos que Abderramán I, el año 780, otorgaba seguro y paz a los mozárabes granadinos mediante un pacto, que les obligaba a pagar anualmente 10.000 onzas de oro, 10.000 libras de plata, 10.000 cabezas de los mejores caballos. Durante el Califato de Córdoba fue muy importante la yeguada de la corte de los omeyas, así como la yeguada de Almanzor y sus jinetes bereberes. Se tiene noticia de la yeguada del califa Alhakén gracias a la crónica en la que Ziyad Ibn Aflah, caballerizo del califa y zalmedina de Medina Azahara, ensalza la calidad de los potros que anualmente se concentraban en la almunia Amiriya, procedentes del destete de las más de 3000 yeguas que tenía el califa en las marismas, junto a 500 sementales, en un claro paralelo con la posterior Saca de las Yeguas.
Dada la calidad de los caballos del sur de la península ibérica, desde el siglo XIII hasta el XIX los reyes establecieron la prohibición de cruzar las yeguas con asnos, en Andalucía, Extremadura y Murcia, estableciendo una "raya real" al sur de la cual estaba prohibido el mestizaje de los équidos, para preservar su pureza.
El Reino de Córdoba fue especialmente célebre por sus caballos. En él hubo dos linajes dedicados a la cría caballar. Los Mexía, señores y luego condes de Santa Eufemia, fueron famosos ganaderos desde el reinado de los Reyes Católicos, destacando en la cría de caballos tordos. Don Rodrigo Mexía el Viejo proveyó de caballos al rey Carlos I entre 1520 y 1530 y enseñó por mandato real a los gobernadores de Castilla su sistema de cría aprendido de su padre Don Gonzalo. Por otro lado fueron renombrados los caballos "guzmanes" o "valenzuelas", que tuvieron su origen en un semental bereber que compró Luis Manrique, de la Orden de Calatrava en Córdoba, a un tal Guzmán. A la muerte de Manrique, sus caballos pasaron por las manos de Martín Fernández de Córdoba Ponce de León, nieto del Conde de Cabra, quien regaló la piara al Gran Capitán que, a su vez, la dejó a Juan Valenzuela, en cuya familia permaneció hasta ser adquirida por Luis Gómez de Figueroa. Esta yeguada decayó irreparablemente durante la Guerra de la Independencia Española. De esta línea de cría poseyeron caballos el duque de Osuna, el duque de Arcos, el conde de Medellín y el duque de Medinaceli, entre otros magnates.

Historia

Caballerizas Reales de Córdoba.
Caballo lipizzano, raza creada a partir de caballos andaluces.
Caballo lusitano, caballo andaluz ligero criado en Portugal, con libro y denominación propia desde 1966. El lusitano es un caballo andaluz de perfil subconvexo y grupa redondeada ligeramente inclinada.
Cartuja de Jerez, famosa por sus caballos cartujanos, a quienes dio nombre.
Picadero de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre, en Jerez.
Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla, donde se celebra anualmente el Salón Internacional de Caballo (SICAB).
Dos jinetes sobre caballos andaluces en una exhibición de doma vaquera; vestidos de corto (traje de faena compuesto por calzonas, botos con espuelas, zahones, chaquetilla corta y sombrero de ala ancha) sobre montura vaquera (cabezada vaquera, ahogadero y mosquero, riendas con bocado de trabajo, silla y estribos vaqueros).
En el siglo XVI Felipe II encargó a Diego López de Haro y Sotomayor, I marqués de El Carpio, la creación de las Caballerizas Reales de Córdoba, donde agrupó los mejores sementales y yeguas de las tierras que bordean el Guadalquivir, siendo esta yeguada real el origen de la raza del caballo andaluz. En el nombramiento del marqués como caballerizo en 1567 dice el rey:
[...] hemos acordado de sostener y criar un buen número de yeguas de vientre con sus potros y crías en la Ciudad de Córdoba y otras partes y lugares de Andalucía.
Las caballerizas se hicieron depender de la Junta de Obras, Jardines y Bosques y para la empresa se dedicaron, entre otros, fondos económicos provenientes de la explotación de salinas andaluzas. En 1576 las caballerizas contaban con 50 empleados y 110 plazas y en la década de 1580, 600 yeguas pacían en las dehesas de Córdoba,400 en las de Jerez y 200 en las de Jaén. En palabras del marqués:
La bondad de la raza de caballos de Córdoba, es cosa de mayor grandeza que tiene su Majestad en sus Reinos.
A la muerte del I marqués, el cargo de "Caballerizo Mayor de las Reales Caballerizas de Córdoba" pasó a su hijo, permaneciendo como cargo hereditario en el mayorazgo de la Casa del Carpio desde 1625, por concesión real a su nieto. La corona también tenía la Yeguada Real de Aranjuez, formada por las yeguas de la Orden de Santiago, cuyo patrimonio había revertido en la corona, y otro rebaño en Valladolid. Sin embargo su calidad no era comparable con la Yeguada de Córdoba.
De hecho en 1605, Cervantes, en el capítulo XXIV del Quijote da por hecho que Córdoba es la madre de los mejores caballos del mundo. Asimismo, en el capítulo XV de dicha novela, hace alusión a la gallardía de las yeguas cordobesas con las siguientes palabras:
No se había curado Sancho de echar sueltas a Rocinante, seguro de que le conocía por tan manso y tan poco rijoso que todas las yeguas de la dehesa de Córdoba no le hicieran tomar mal siniestro.
En todo el Siglo de Oro no hubo duda de la excelencia de los caballos andaluces. Lope de Vega en su comedia Los comendadores de Córdoba recoge no sólo la fama de los caballos cordobeses sino también la de sus jinetes. Del mismo modo la citada obra de Lope de 1610 y la Fábula de Polifemo y Galatea de Góngora de 1612, dedicada al conde de Niebla, son un testimonio excepcional de la denominación histórica "caballo andaluz".
Por estas fechas los caballos andaluces eran muy apreciados dentro y fuera de España, teniendo propietarios como Don Juan de Austria, los reyes de Francia, el Duque de Baviera, el emperador Maximiliano II y su hermano el archiduque Carlos. Estos dos últimos crearon el caballo lipizzano a partir de caballos andaluces ligeros y la Escuela Española de Equitación en Viena, siguiendo la doma española tradicional.
En esta época surgieron las maestranzas de caballería, corporaciones nobiliarias cuyo principal fin era el ejercicio de la monta a la brida y a la jineta, que en algunos casos construyeron y sostuvieron sus propias plazas de toros. Las maestranzas surgieron en Andalucía con la creación de la de Ronda en 1573, la de Sevilla en 1670, de Granada en 1689, la de Carmona en 1728, la de Antequera, del mismo año, la de Jerez en 1739 y se intentaron constituir otras en Jaén y Utrera, en 1731 y 1732 respectivamente, pero fueron denegadas por la Junta de Caballería. Las maestranzas también se extendieron fuera del territorio andaluz, con la fundación de la de Valencia en 1697, la de Palma de Mallorca en 1758 y de de Zaragoza en 1819.El artículo primero de los estatutos de la Maestranza de Granada, redactados en 1764, es otro ejemplo de la denominación histórica de esta raza como "caballo andaluz":
[...] y para que los caballos andaluces que han hecho la milicia española superior a la de todas las naciones, no descaezcan de la excelencia en que se constituyen por la hidalguía de sus razas, y primor de su doctrina [...]
En 1751 se produjo un grave incendio en las caballerizas de Córdoba, por lo que Fernando VI ordenó reconstruirlas, finalizándose la obra en tiempos de Carlos III, quien colocó sus armas en la fachada. Ese mismo año José I de Portugal quiso crear una yeguada nacional en su reino, para lo cual adquirió 33 yeguas y 2 sementales andaluces. En 1753 la cabaña tenía ya 268 individuos, principalmente de capa castaña, origen de la raza llamada Alter Real.
Los avatares políticos del siglo XIX en España, causaron grandes daños en la cabaña equina nacional. Con motivo de la Invasión Francesa, en 1808 las yeguas de las Caballerizas de Córdoba fueron trasladas a las Islas Baleares para preservarlas del expolio napoleónico.Terminada la Guerra, en 1814 no regresaron a Córdoba sino que pasaron a la Yeguada de Aranjuez, quedando las caballerizas cordobesas como depósito de sementales. Además de esto Córdoba perdió importancia porque el rey Fernando VII apoyó la Yeguada de las Lomas de Úbeda en 1820 y suspendió la prohibición de cubrir yeguas con garañón al sur de la "raya real", lo que favoreció el uso de la mula en el enganche de coches y diligencias, que en el sur de la península Ibérica anteriormente sólo se utilizaba en labores del campo. Además su hermano el Infante Carlos, presidente de la Junta Suprema de Caballería y partidario de cruzar yeguas andaluzas con otras razas europeas, como el caballo normando, el trakelner, el holstein y el hannoveriano, creó las yeguadas de Cazorla y de Sevilla en 1828 y 1830 respectivamente, lo que causó un grave deterioro genético a la cabaña.
Como contrapartida a mediados de siglo se crearon las Escuelas de Veterinaria de Zaragoza, León y Córdoba, esta última en 1847, dependiente de la Universidad de Sevilla y dedicada especialmente al cuidado y mejora del caballo. Asimismo en 1864, por iniciativa del lojeño Narváez, el Ramo de Guerra se encargó de la cría y del fomento caballar nacional. Además, muchos ganaderos andaluces no habían practicado esos cruces, por lo que fue posible recuperar la pureza original de la raza, cuado en 1893 el Ministerio de Guerra decidió organizó la cría caballar en España, ubicando la yeguada nacional, luego militar, en la Hacienda de Moratalla, en Hornachuelos y Posadas. Para la recuperación del caballo andaluz se utilizaron 18 yeguas procedentes de Córdoba, Montilla y Jerez de la Frontera. En el último tercio del siglo XIX funcionaban los depósitos de sementales de Córdoba, Úbeda, Jerez y Valladolid y en los primeros años del siglo XX se fundaron otros en Alcalá de Henares, Hospitalet de Llobregat, Garrapinillos, Bétera, Léon y Santander.
En 1912 Cría Caballar, que dependía del Ejército, abrió en España el primer libro para inscribir los caballos de raza árabe, pura raza inglés y anglo-árabe, decidiendo inscribir a los tradicionalmente llamados caballos andaluces como Pura Raza Española, más tarde abreviado como PRE. En los años 1920 la yeguada nacional de Moratalla se amplío en Medina-Sidonia y luego en Jerez. Durante la Segunda República la competencia en la cría y el fomento caballar se trasladó al Ministerio de Fomento y posteriormente al Ministerio de Agricultura.
Durante el Franquismo la yeguada nacional pasó a llamarse yeguada militar. En 1956 se sacó de la Hacienda de Moratalla y se trasladó a Écija, a la fincas de la Turquilla y de la Isla; a Jerez, al Cortijo de Vicos y a la finca de Garrapilos; a Ibio, y a Lore-Toki (en San Sebastián). Además se abrieron nuevos depósitos de sementales en Manacor y Hoya Fría (en Tenerife). En este periodo, en que se impuso definitivamente la locomoción en las labores del campo y en la tracción de vehículos, la raza de caballos andaluces se conservó gracias a algunos ganaderos, andaluces y extremeños fundamentalmente, como son Terry, Bahones, Guerrero, Pallarés, Romero Benítez, Escalera, Miura y Blasco Balbuena, entre otros. Asimismo fue muy importante la labor de la Federación Hípica Española, del laboratorio de locomoción de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Córdoba y de Álvaro Domecq, así como la promoción de la raza que hizo la Feria del ganado de Jerez, que pasó a denominarse Feria del Caballo.
A partir de 1966 España impidió a Portugal inscribir en su libro a sus caballos, por lo que el país luso eligió dar a sus caballos andaluces una nueva denominación: caballo lusitano, en recuerdo de la antigua Lusitania. Portugal abrió su propio registro, que permaneció abierto hasta 1980 y que volvió a abrir entre 1996 y 1999, para refrescar la sangre nuevamente con caballos andaluces.
En 1972 se constituyó con sede en Sevilla la Asociación Nacional de Criadores de Caballos Españoles (ANCCE).En 1973 el Ayuntamiento de Jerez creó el premio Caballo de Oro, que concedió a Álvaro Domecq y en cuyo acto de entrega se estrenó el espectáculo "Cómo bailan los caballos andaluces", ideado por el propio Domecq, con la asistencia del Príncipe de España. Este espectáculo fue el origen de la Fundación Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre.
Entre 1989 y 1992 se produjo en España un brote de peste equina que afectó a la cabaña de caballos andaluces. En 1990 el Ministerio de Hacienda trasladó la yeguada del Bocado, de Terry, a la dehesa de la Fuente del Suero, ambas patrimonio expropiado a RUMASA, donde permanece.[ Desde 1991 la ANCCE organiza en Sevilla la última semana de noviembre el Salón Internacional de Caballo (SICAB), con un importante concurso morfológico.
En 1995 las caballerizas de Córdoba perdieron su uso como depósito de sementales, permaneciendo vacías desde entonces. En 1996 se inauguró el Museo del Caballo de Jerez y algo después el Museo de Carruajes de Sevilla. Ese mismo año se creó Córdoba Ecuestre, que organiza el concurso CABALCOR y en 2002 se celebraron los Juegos Ecuestres mundiales en Jerez.
En los últimos tiempos varios caballos andaluces han participado en los Juegos Olímpicos en la modalidad de doma, obteniendo diploma olímpico, bronce individual y plata por equipos en Atlanta 1996, Sidney 2000 y Atenas 2004. Asimismo es frecuente su presencia en raids.

Características

  • Alzada o altura a la cruz entre 155 y 165 cm;
  • Cuello fuerte y arqueado, cubierto de una crinera larga y colgante;
  • Cabeza mediana y ligeramente convexa (cabeza de halcón);
  • Ojos vivaces;
  • Pecho amplio;
  • Grupa redondeada y potente;
  • Porte orgulloso y elegante;
  • Armoniosas proporciones;
  • Actualmente se admiten todos los colores de capa menos el pío, aunque en el pasado sólo se admitían el negro, el tordo y el castaño. El color más común es el tordo.

Utilidad

El caballo andaluz es fácil de montar, por lo que se utiliza como caballo de paseo. Se usa en las disciplinas de la doma clásica, doma vaquera y en el rejoneo. En la doma clásica destaca por su buena cabeza, excelente trote, buena reunión, piaffé y passage casi perfecto. Por el contrario, pierde mucho en alargamientos y paso.

Cría

La cría del caballo andaluz se centra en España, aunque existen buenas yeguadas por todo el mundo. El sistema de cría se basa en manadas de yeguas que viven sueltas en estado de semilibertad. Algunos potros son vendidos al destete y otros permanecen en la yeguada y empiezan a ser domados a los tres años. Las yeguas no se doman ni montan, pero sí participan en concursos de morfología.
En las yeguadas es frecuente que los machos lleven el nombre de la madre en masculino; por ejemplo, que el hijo de Vinatera se llame Vinatero. Sin embargo, a todas las hembras nacidas en la yeguada el mismo año, se les pone un nombre que empieza por la misma letra y que pueda utilizarse en masculino para los potros que nazcan de ellas.

Competición

Durante todo el año se realizan concursos morfológicos en que los caballos son juzgados por sexo y edad. Los ejemplares de ambos sexos participan en los concursos de manera individual, aunque las yeguas pueden participar en cobras. Además de a la morfología se da importancia a la funcionalidad. De hecho, el 25% de la nota de los machos de más de 4 años depende de una prueba de doma. Los ganadores de estos concursos quedan clasificados para la final del SICAB, que se disputa en noviembre en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla. El SICAB es el acto más importante dentro del mundo del caballo andaluz. En él tiene lugar la final del Campeonato de España de Pura Raza Español, así como subastas, espectáculos, conferencias, etc

Yeguada Militar

Su imagen va ligada a la historia del hombre, y muy estrechamente a la del militar, del que siempre ha sido un fiel aliado.
Actualmente, el Servicio de Cría Caballar del Ministerio de Defensa dispone de cinco yeguadas, dedicadas a la cría, selección y mejora de los équidos de la cabaña nacional.
Ubicadas en Jerez de la Frontera, Écija, Lore Toki, Ibio y Santander, en ellas conviven distintas razas que constituyen un caudal genético de categoría universal.
El caballo árabe que mantiene la estirpe del corcel original del desierto, o nuestra raza autóctona, cuyo prestigio se reconoce en todos los mercados internacionales.
Polivalente en sus funciones deportivas, el rocín angloárabe perfecciona en las fincas de la Yeguada Militar su línea clásica, con la que ha obtenido grandes éxitos en el deporte nacional.
En cuanto al pura sangre inglés, las pistas de los hipódromos españoles conocen bien su galopar ya que casi siempre ha entrado en meta entre las primeras posiciones.
Las razas de tiro, como el bretón, hispano bretón o percherona, también encuentran su acomodo ideal en los pastizales del norte de España.
Por su parte, las razas asnales nativas, que tantos servicios dieron en otros tiempos al campo español, han encontrado aquí las reservas genéticas que perpetúan sus especies.
La Yeguada Militar es, en definitiva, una de las mejores ganaderías de nuestro país y sus ejemplares han forjado, con del tiempo, la leyenda del caballo español.
OLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 27 Miércoles 1 de febrero de 2012 Sec. V-A. Pág. 4330
cve: BOE-B-2012-3269
V. Anuncios
A. Anuncios de licitaciones públicas y adjudicaciones
MINISTERIO DE DEFENSA
3269
Armadas, por la que se anuncia la enajenación de ganado equino en
subasta pública, procedente de las Unidades del Organismo, según
expediente 2012/ORG-01.
Resolución del Organismo Autónomo Cría Caballar de las Fuerzas
1. Objeto: Enajenación de ganado equino procedente de Unidades del
Organismo Autónomo, por el procedimiento de "puja al alza" en sobre cerrado.
2. El ganado objeto de la subasta se encuentra a disposición de los licitadores
en las Unidades del Organismo, según el anexo I, que forma parte del Pliego de
Condiciones que regirá la enajenación. Podrá ser visto por los interesados diez
días antes de la celebración de la enajenación en las instalaciones de la Unidad en
la que están ubicados y en horario de once horas a catorce horas.
3. El precio base de licitación para cada semoviente queda establecido en el
anexo I del Pliego de condiciones que regirá la Enajenación.
4. Para tomar parte en la subasta se deberá efectuar un depósito en concepto
de fianza del veinticinco por ciento del tipo base de licitación para cada uno de los
lotes, según el Pliego de Condiciones que regirá la Enajenación.
5. Se enajenarán semovientes excedentes de plantilla, con las siguientes
características:
Pura Raza Española.
Pura Raza árabe.
Pura Sangre Ingles.
Hispano-árabe.
Anglo-árabe.
Cruzado.
Caballo Deportivo Español.
Bretón.
Hispano- bretón.
Asnal, raza Catalán.
Asnal, raza Zamorano-Leones.
6. La documentación e información, será facilitada en el Organismo Autónomo
Cría Caballar de las Fuerzas Armadas (Área Económico-Financiera), sito en Paseo
de Extremadura, 445, 28024 Madrid, teléfono 913363419, en horario de nueve a
catorce horas en días laborables.
7. La subasta se celebrará el día 28 de febrero de 2012, a las once horas.
Tendrá lugar en la Dirección Gerencia (Área Económico-Financiera) del Organismo
Autónomo, sito en Paseo de Extremadura, 445, 28024 de Madrid.

Yeguada de la Cartuja

Yeguada de la Cartuja, desde sus orígenes a la actualidad
Desde su fundación a finales del siglo XV, el monasterio de la Cartuja se convierte en piedra angular de la crianza del caballo jerezano. Durante tres siglos, que coinciden con los de máximo esplendor del reino de España, los monjes cartujos constituyen una yeguada que con el tiempo se convertirá en una de las más célebres y apreciadas del mundo. Su esmerada labor ganadera, asentada en torno al espléndido edificio renacentista y en el marco excepcional de clima y fertilidad, donde también se crían los universales vinos de Jerez, se ve interrumpida a inicios del Siglo XIX, a causa de la guerra de la Independencia y coincidió con los años de esplendor de España y, en consecuencia, de sus caballos.
La Cartuja y su tiempo
La cartuja y su tiempo

El siglo XVI representa el tiempo de máximo esplendor de la Cartuja, coincidiendo con los años de gloria de la España imperial y el reinado de los Habsburgo. El dominio de la corona española por todo el mundo en aquella época significó la primera gran expansión del caballo de raza española: el caballo se difundió por toda América a cargo de diferentes conquistadores. Durante el imperio de Carlos V, el caballo español alcanza las cotas más altas de popularidad y merecida fama, estando presente en las pinturas y yeguadas de emperadores, reyes y nobles de todo el mundo.

Su extensión mundial determina que exista sangre cartujana en muchas razas del mundo: Lippizza, Kladrub, Orloff, Holstein... Además, es el caballo español el que da nombre al Picadero Español y a la famosísima Escuela de Equitación Española de Viena, fundada por la Corte de Viena el año 1565, así como al picadero actual, construido por Carlos VI en 1729. Sin embargo, esta apertura al extranjero significa también la introducción de caballos extranjeros en nuestro país que se empiezan a cruzar con la raza autóctona. Conscientes los monjes de la difícil situación que atravesaba la ganadería equina y sabedores de las bondades de las yeguas y caballos jerezanos y siguiendo la tradición ganadera de la Cartuja de Sevilla, a finales del siglo XV los monjes de Jerez deciden crear una yeguada de la que se harán cargo hasta bien entrado el siglo XIX.
Los cartujos son una orden de clausura que, rigiéndose por unas constituciones aprobadas por el papa Inocencio II, llevan una vida rigurosamente ascética, basada en el recogimiento. Los orígenes de la Cartuja de Jerez se remontan al siglo XV, cuando el hacendado Don Álvaro Obertos de Valeto, le propone al prior de la Cartuja de Sevilla la fundación de un monasterio de esta orden en Jerez. Don Álvaro traspasó los derechos de los terrenos que poseía en el municipio de Jerez a los cartujos que solicitaron la licencia necesaria al arzobispo de Sevilla para fundar el monasterio, licencia otorgada en 1475. Tres años más tarde se iniciaban las obras del edificio que ahora conocemos. En poco tiempo, la cartuja logra reunir un importante patrimonio en donaciones, venta y cambios que se sumaban a los ya ingentes bienes heredados de Don Álvaro. Entre los terrenos adquiridos por compra, encontramos la Dehesa de la Fuente del Suero, propiedad hasta entonces del genovés Celín de Bilbao que la cede a cambio de 140.000 maravedíes. En esta finca pastan en la actualidad, cinco siglos después, los bellos ejemplares de la Yeguada de la Cartuja - Hierro del Bocado.
Establo la Yeguada de la Cartuja
El verdadero origen de la yeguada no se conoce, aunque el anecdotario popular explica que cuando el censario de la cartuja, don Pedro Picado, no pudo pagar su censo a los monjes decidió cederles sus yeguas y potros. Estos ejemplares habían sido comprados por don Pedro a los hermanos Andrés y Diego Zamora, de profesión herradores, que formaron esta pequeña yeguada a partir de un semental comprado a un soldado y de uno de sus hijos, potro de extraordinaria belleza y armonía, llamado "Esclavo". A los descendientes de esta yeguada, que gozaron de gran prestigio, se les llamó "zamoranos". Sin embargo, pruebas aparecidas y analizadas recientemente y estudios históricos parecen demostrar que los monjes ya contaban con una ganadería a finales del siglo XV.
El siglo xIX.
El siglo XIX representa una época de convulsiones y cambios drásticos para la Yeguada, después de los pasados años de gloria y estabilidad. La invasión napoleónica y la desamortización de los bienes de la iglesia supone que la ganadería de caballos cartujanos deje de pertenecer a los monjes, cambie de propietario diversas veces e incorpore los hierros actuales.
La expulsión de los cartujos
El inicio del siglo XIX coincide con la invasión de nuestro país por parte de las tropas napoleónicas y la posterior Guerra de la Independencia. La llegada del ejército francés a Jerez comporta la huida de los monjes de la Cartuja, quienes, después de varias vicisitudes, son acogidos en diferentes conventos de la zona. En su escapada, los monjes cartujos dejan todas sus pertenencias tras de sí, entre ellas, los caballos y yeguas que llenaban las caballerizas del convento. Después de más de dos años de exilio, los monjes pueden volver a la Cartuja en 1812, coincidiendo con el Decreto de las Cortes de Cádiz por el que el Estado se apropia de sus bienes. Nueve años después se ven obligados a abandonar nuevamente el monasterio por la orden de las Cortes de suprimir todos los conventos. En 1835 los cartujos son expulsados definitivamente de sus tierras y el monasterio pasa a servir de cárcel, para después cambiar de manos y depender de la Junta Diocesana del Estado y finalmente entregarse a la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de la provincia que lo declara Monumento Nacional en 1856. Hasta un siglo más tarde, en 1948, el edificio no será devuelto a la Orden de los Cartujos, que lo sigue habitando en nuestros días
Recuperación y cambio de propietarios

En 1810, después de la huida de los monjes de la Cartuja, la legendaria yeguada es salvada de la que hubiera sido una irreparable dispersión por el presbítero D. Pedro José Zapata.
Zapata, fundador del Hospital de Arcos de la Frontera, compra 60 yeguas y 3 caballos de los mejores ejemplares y los oculta en la "Breña del Agua", enviando a los Cartujos de Cluny el importe del precio establecido. A partir de estos caballos se forma lo que en la actualidad se conoce como Yeguada de la Cartuja - Hierro del Bocado. El hierro del Bocado sin la C , diseñado por Zapata para marcar los animales, provenientes de la Yeguada de los Cartujos, ha dado nombre a esta prestigiosa ganadería.
Don Pedro, y su hermano Don Juan José se hacen cargo de la Yeguada hasta la muerte de Don Juan, cuando pasa a las manos del hijo de éste último hasta su muerte en 1854. Es entonces su viuda, Doña María Romero, quien toma las riendas de la misma.
Años después, en 1857, Don Vicente Romero García, adquiere parte de la yeguada y añade una "C" al tradicional hierro del Bocado. Siete años más tarde también adquiere el hierro sin la C, que utiliza para herrar al ganado bravo. A lo largo del siglo, empezaron a destacar algunos ejemplares de la Yeguada, que consiguieron premios en exposiciones y concursos de todo el país.
En la actualidad

Después de la muerte, a principios de este siglo, de Don Vicente Romero García, consolidador de la ganadería de estirpe cartujana e introductor del hierro con la C, la yeguada pasará por múltiples y diferentes manos: doña Rosario Romero, viuda de Domínguez, Don Francisco Chica Navarro, el Vizconde de Montesina, don Roberto Osborne, don Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio, don Fernando C. de Terry y del Cubillo y doña Isabel Merello, viuda de Terry..., coincidiendo todos ellos en su labor por salvaguardar la pureza de sangre de la estirpe cartujana.
Semental Cartujano en el Patio principal de La Cartuja
En 1981, Rumasa S.A. compra la bodega a Fernando A. Terry S.A. junto con la ganadería. En el año 1983, con la expropiación de Rumasa, el Patrimonio del Estado se hace cargo de estos bienes, separando en 1985, la ganadería del patrimonio de la bodega. En 1990 el Patrimonio del Estado incorpora la yeguada a la empresa pública EXPASA Agricultura y Ganadería, S.A., a quien encomienda la responsabilidad de mantener y mejorar este patrimonio genético único.

En marzo de 1998 los monjes cartujos cedieron a EXPASA para la Yeguada, el hierro original en forma de campana, con el que se herraban los caballos en el siglo XV. Con este acto se unifica en la Yeguada de la Cartuja - Hierro del Bocado la posesión de los hierros que la han distinguido desde su creación
La Yeguada de la Cartuja - Hierro del Bocado es pues, en la actualidad, la reserva de caballos cartujanos más importante del mundo, con más de de 200 cabezas creciendo en libertad en las praderas de la finca Fuente del Suero.

jueves, 8 de marzo de 2012

Andalusian Horse

The Andalusian, also known as the Pure Spanish Horse or PRE (Pura Raza Española), is a horse breed from the Iberian Peninsula, where its ancestors have lived for thousands of years. The Andalusian has been recognized as an individual breed since the 15th century, and its conformation has changed very little over the centuries. Throughout its history, it has been known for its prowess as a war horse, and was prized by the nobility. The breed was used as a tool of diplomacy by the Spanish government, and kings across Europe rode and owned Spanish horses. During the 19th century, warfare, disease and crossbreeding reduced herd numbers dramatically, and despite some recovery in the late 19th century, the trend continued into the early 20th century. Exports of Andalusians from Spain were restricted until the 1960s, but the breed has since spread throughout the world, despite still-low population numbers. In 2010, there were more than 185,000 registered Andalusians worldwide.
Strongly built, and compact yet elegant, Andalusians have long, thick manes and tails. Their most common coat color is gray (Tordo), although they can be found in many other colors. They are known for their intelligence, sensitivity and docility. A sub-strain within the breed known as the Carthusian, is considered by breeders to be the purest strain of Andalusian, though there is no genetic evidence for this claim. The strain is still considered separate from the main breed however, and is preferred by breeders because buyers pay more for horses of Carthusian bloodlines. There are several competing registries keeping records of horses designated as Andalusian or PRE, but they differ on their definition of the Andalusian and PRE, the purity of various strains of the breed, and the legalities of stud book ownership. At least one lawsuit is in progress as of 2011, to determine the ownership of the Spanish PRE stud book.
The Andalusian is closely related to the Lusitano of Portugal, and has been used to develop many other breeds, especially in Europe and the Americas. Breeds with Andalusian ancestry include many of the warmbloods in Europe as well as western hemisphere breeds such as the Azteca. Over its centuries of development, the Andalusian breed has been selected for athleticism and stamina. The horses were originally used for classical dressage, driving, bullfighting, and as stock horses. Modern Andalusians are used for many equestrian activities, including dressage, show jumping and driving. The breed is also used extensively in movies, especially historical pictures and fantasy epics.
Characteristics

A "cobra" of Andalusians, that is, a group of mares shown by a single handler "Yeguada de la Cartuja"
Andalusians stallions and geldings average 15.1+12 hands (61.5 inches, 156 cm) at the withers and 512 kilograms (1,130 lb) in weight; mares average 15+12 hands (60.5 inches, 154 cm) and 412 kilograms (910 lb).The Spanish government has set the minimum height for registration in Spain at 15.0 hands (60 inches, 152 cm) for males and 14.3 hands (59 inches, 150 cm) for mares - this standard is followed by the Association of Purebred Spanish Horse Breeders of Spain (Asociación Nacional de Criadores de Caballo de Pura Raza Española or ANCCE) and the Andalusian Horse Association of Australasia. The Spanish legislation also requires that in order for animals to be approved as either "qualified" or "élite" breeding stock, stallions must stand at least 15.1 hands (61 inches, 155 cm) and mares at least 15+14 hands (60.25 inches, 153 cm).
Andalusian horses are elegant and strongly built. Members of the breed have heads of medium length, with a straight or slightly convex profile. Ultra convex and concave profiles are discouraged in the breed, and are penalized in breed shows.Necks are long and broad, running to well-defined withers and a massive chest. They have a short back and broad, strong hindquarters with a well-rounded croup. The breed tends to have clean legs, with no propensity for blemishes or injuries, and energetic gaits. The mane and tail are thick and long, but the legs do not have excess feathering. Andalusians tend to be docile, while remaining intelligent and sensitive. When treated with respect they are quick to learn, responsive, and cooperative.
There are two additional characteristics unique to the Carthusian strain, believed to trace back to the strain's foundation stallion Esclavo. The first is warts under the tail, a trait which Esclavo passed to his offspring, and a trait which some breeders felt was necessary to prove that a horse was a member of the Esclavo bloodline. The second characteristic is the occasional presence of "horns", which are frontal bosses, possibly inherited from Asian ancestors. The physical descriptions of the bosses vary, ranging from calcium-like deposits at the temple to small horn-like protuberances near or behind the ear. However, these "horns" are not considered proof of Esclavo descent, unlike the tail warts.In the past, most coat colors were found, including spotted patterns.Today, around 80 percent of all Andalusians are gray. Of the remaining horses, approximately 15 percent are bay and 5 percent are black, dun or palomino or chestnut. Other colors, such as buckskin, pearl, and cremello, are rare, but are recognized as allowed colors by registries for the breed.
In the early history of the breed, certain white markings and whorls were considered to be indicators of character and good or bad luck. Horses with white socks on their feet were considered to have good or bad luck, depending on the leg or legs marked. A horse with no white markings at all was considered to be ill-tempered and vice-ridden, while certain facial markings were considered representative of honesty, loyalty and endurance. Similarly, hair whorls in various places were considered to show good or bad luck, with the most unlucky being in places where the horse could not see them – for example the temples, cheek, shoulder or heart. Two whorls near the root of the tail were considered a sign of courage and good luck.
The movement of Andalusian horses is extended, elevated, cadenced and harmonious, with a balance of roundness and forward movement. Poor elevation, irregular tempo, and excessive winging (sideways movement of the legs from the knee down) are discouraged by breed registry standards. Andalusians are known for their agility and their ability to learn difficult moves quickly, such as advanced collection and turns on the haunches.A 2001 study compared the kinematic characteristics of Andalusian, Arabian and Anglo-Arabian horses while moving at the trot. Andalusians were found to overtrack less (the degree to which the hind foot lands ahead of the front hoof print) but also exhibit greater flexing of both fore and hind joints, movement consistent with the more elevated way of going typically found in this breed. The authors of the study theorized that these characteristics of the breed's trot may contribute to their success as a riding and dressage horse.
A 2008 study found that Andalusians experience ischaemic (reduced blood flow) diseases of the small intestine at a rate significantly higher than other breeds; and stallions had higher numbers of inguinal hernias, with risk for occurrence 30 times greater than other breeds. At the same time, they also showed a lower incidence of large intestinal obstruction. In the course of the study, Andalusians also showed the highest risk of laminitis as a medical complication related to the intestinal issues.

History

Early development

... the noblest horse in the world, the most beautiful that can be. He is of great spirit and of great courage and docile; hath the proudest trot and the best action in his trot, the loftiest gallop, and is the lovingest and gentlest horse, and fittest of all for a king in his day of triumph.
—William Cavendish, the Duke of Newcastle, 1667
The Andalusian horse is descended from the Iberian horses of Spain and Portugal, and derives its name from its place of origin, the Spanish region of Andalusia. Cave paintings show that horses have been present on the Iberian Peninsula as far back as 20,000 to 30,000 BCE. Although Portuguese historian Ruy d'Andrade hypothesized that the ancient Sorraia breed was an ancestor of the Southern Iberian breeds, including the Andalusian,genetic studies using mitochondrial DNA show that the Sorraia is part of a genetic cluster that is largely separated from most Iberian breeds.
Throughout history, the Iberian breeds have been influenced by many different peoples and cultures who occupied Spain, including the Celts, the Carthaginians, the Romans, various Germanic tribes and the Moors. The Iberian horse was identified as a talented war horse as early as 450 BCE. Mitochondrial DNA studies of the modern Andalusian horse of the Iberian peninsula and Barb horse of North Africa present convincing evidence that both breeds crossed the Strait of Gibraltar and were used for breeding with each other, influencing one another's bloodlines.Thus, the Andalusian may have been the first European "warmblood", a mixture of heavy European and lighter Oriental horses.Some of the earliest written pedigrees in recorded European history were kept by Carthusian monks, beginning in the 13th century. Because they could read and write, and were thus able to maintain careful records, monastics were given the responsibility for horse breeding by certain members of the nobility, particularly in Spain. Andalusian stud farms for breeding were formed in the late 15th century in Carthusian monasteries in Jerez, Seville and Cazalla.
The Carthusians bred powerful, weight-bearing horses in Andalusia for the Crown of Castile, using the finest Spanish Jennets as foundation bloodstock. These horses were a blend of Jennet and warmblood breeding, taller and more powerfully built than the original Jennet. By the 15th century, the Andalusian had become a distinct breed, and was being used to influence the development of other breeds. They were also noted for their use as cavalry horses. Even though in the 16th and 17th centuries Spanish horses had not reached the final form of the modern Andalusian, by 1667 William Cavendish, the Duke of Newcastle, called the Spanish horse of Andalusia the "princes" of the horse world, and reported that they were "unnervingly intelligent". The Iberian horse became known as the "royal horse of Europe" and was seen at many royal courts and riding academies, including those in Austria, Italy, France and Germany. By the 16th century, during the reigns of Charles V (1500–1558) and Phillip II (1556–1581), Spanish horses were considered the finest in the world. Even in Spain, quality horses were owned mainly by the wealthy. During the 16th century, inflation and an increased demand for harness and cavalry horses drove the price of horses extremely high. The always expensive Andalusian became even more so, and it was often impossible to find a member of the breed to purchase at any price.

Dissemination


A 1743 engraving of a "Spanish horse"
Spanish horses also were spread widely as a tool of diplomacy by the government of Spain, which granted both horses and export rights to favored citizens and to other royalty. As early as the 15th century, the Spanish horse was widely distributed throughout the Mediterranean, and was known in northern European countries, despite being less common and more expensive there. As time went on, kings from across Europe, including every French monarch from Francis I to Louis XVI, had equestrian portraits created showing themselves riding Spanish-type horses. The kings of France, including Louis XIII and Louis XIV, especially preferred the Spanish horse; the head groom to Henri IV, Salomon de la Broue, said in 1600, "Comparing the best horses, I give the Spanish horse first place for its perfection, because it is the most beautiful, noble, graceful and courageous". War horses from Spain and Portugal began to be introduced to England in the 12th century, and importation continued through the 15th century. In the 16th century, Henry VIII received gifts of Spanish horses from Charles V, Ferdinand II of Aragon and the Duke of Savoy and others when he wed Katherine of Aragon. He also purchased additional war and riding horses through agents in Spain. By 1576, Spanish horses made up one third of British royal studs at Malmesbury and Tutbury. The Spanish horse peaked in popularity in Great Britain during the 17th century, when horses were freely imported from Spain and exchanged as gifts between royal families. With the introduction of the Thoroughbred, interest in the Spanish horse faded after the mid-18th century, although they remained popular through the early 19th century. The Conquistadors of the 16th century rode Spanish horses, particularly animals from Andalusia, and the modern Andalusian descended from similar bloodstock. By 1500, Spanish horses were established in studs on Santo Domingo, and Spanish horses made their way into the ancestry of many breeds founded in North and South America. Many Spanish explorers from the 16th century on brought Spanish horses with them for use as war horses and later as breeding stock. By 1642, the Spanish horse had spread to Moldovia, to the stables of Transylvanian prince George Rakoczi.

19th century to present


An Andalusian performing dressage at the 2007 World Cup Finals
Despite their ancient history, all living Andalusians trace to a small number of horses bred by religious orders in the 18th and 19th centuries. An influx of heavy horse blood beginning in the 16th century, resulted in the dilution of many of the bloodlines; only those protected by selective breeding remained intact to become the modern Andalusian. During the 19th century, the Andalusian breed was threatened because many horses were stolen or requisitioned in wartime, including the War of the Oranges, the Peninsular War and the three Carlist Wars. Napoleon's invading army also stole many horses. One herd of Andalusians was hidden from the invaders however, and subsequently used to renew the breed. In 1822, breeders began to add Norman blood into Spanish bloodlines, as well as further infusions of Arabian blood. This was partially because increasing mechanization and changing needs within the military called for horses with more speed in cavalry charges as well as horses with more bulk for pulling gun carriages. In 1832, an epidemic seriously affected Spain's horse population, from which only one small herd survived in a stud at the monastery in Cartuja. During the 19th and early 20th centuries, European breeders, especially the Germans, changed from an emphasis on Andalusian and Neapolitan horses (an emphasis that had been in place since the decline of chivalry), to an emphasis on the breeding of Thoroughbreds and warmbloods, further depleting the stock of Andalusians. Despite this change in focus, Andalusian breeding slowly recovered, and in 1869, the Seville Horse Fair (originally begun by the Romans), played host to between ten and twelve thousand Spanish horses. In the early 20th century, Spanish horse breeding began to focus on other breeds, particularly draft breeds, Arabians, Thoroughbreds and crosses between these breeds, as well as crosses between these breeds and the Andalusian. The purebred Andalusian was not viewed favorably by breeders or the military, and their numbers decreased significantly.
Andalusians only began to be exported from Spain in 1962. The first Andalusians were imported into Australia in 1971, and in 1973 the Andalusian Horse Association of Australasia was formed for the registration of these Andalusians and their offspring. Strict quarantine guidelines prohibited the importation of new Andalusian blood to Australia for many years, but since 1999, regulations have been relaxed and more than half a dozen new horses have been imported. Bloodines in the United States also rely on imported stock, and all American Andalusians can be traced directly to the stud books in Portugal and Spain. There are around 8,500 animals in the United States, where the International Andalusian and Lusitano Horse Association (IALHA) registers around 700 new purebred foals every year. These numbers indicate that the Andalusian is a relatively rare breed in the United States. In 2003, there were 75,389 horses registered in the stud book, and they constituted almost 66 percent of the horses in Spain. Breed numbers have been increasing during the 21st century. At the end of 2010, a total of 185,926 Pura Raza Española horses were recorded in the database of the Spanish Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino. Of these, 28,801 or about 15% were in other countries of the world; of those in Spain, 65,371 or about 42% were in Andalusia.

Strains and sub-types

The Carthusian Andalusian or Cartujano is generally considered the purest Andalusian strain, and has one of the oldest recorded pedigree lines in the world. The pure sub-type is rare, as only around 12 percent of the Andalusian horses registered between the founding of the stud book in the 19th century and 1998 were considered Carthusians. They made up only 3.6 percent of the overall breeding stock, but 14.2 percent of the stallions used for breeding. In the past, Carthusians were given preference in breeding, leading to a large proportion of the Andalusian population claiming ancestry from a small number of horses and possibly limiting the breed's genetic variability. A 2005 study compared the genetic distance between Carthusian and non-Carthusian horses. They calculated a Fixation index (FST) based on genealogical information and concluded that the distinction between the two is not supported by genetic evidence. However, there are slight physical differences; Carthusians have more "oriental" or concave head shapes and are more often gray in color, while non-Carthusians tend toward convex profiles and more often exhibit other coat colors such as bay.
The Carthusian line was established in the early 18th century when two Spanish brothers, Andrés and Diego Zamora, purchased a stallion named El Soldado and bred him to two mares. The mares were descended from mares purchased by the Spanish king and placed at Aranjuez, one of the oldest horse breeding farms in Spain. One of the offspring of El Soldado, a dark gray colt named Esclavo, became the foundation sire of the Carthusian line. One group of mares sired by Esclavo in about 1736 were given to a group of Carthusian monks to settle a debt. Other animals of these bloodlines were absorbed into the main Andalusian breed; the stock given to the monks was bred into a special line, known as Zamoranos. Throughout the following centuries, the Zamoranos bloodlines were guarded by the Carthusian monks, to the point of defying royal orders to introduce outside blood from the Neapolitan horse and central European breeds. They did, however, introduce Arabian and Barb blood to improve the strain. The original stock of Carthusians was greatly depleted during the Peninsular Wars, and the strain might have become extinct if not for the efforts of the Zapata family.Today, the Carthusian strain is raised in state-owned stud farms around Jerez de la Frontera, Badajoz and Cordoba, and also by several private families. Carthusian horses continue to be in demand in Spain, and buyers pay high prices for members of the strain.

Influence on other breeds


An Andalusian performing the passage
Spain's worldwide military activities between the 14th and 17th centuries called for large numbers of horses, more than could be supplied by native Spanish mares. Spanish custom also called for mounted troops to ride stallions, never mares or geldings. Due to these factors, Spanish stallions were crossed with local mares in many countries, adding Spanish bloodlines wherever they went, especially to other European breeds.
Because of the influence of the later Habsburg families, who ruled in both Spain and other nations of Europe, the Andalusian was crossbred with horses of Central Europe and the Low Countries and thus was closely related to many breeds that developed, including the Neapolitan horse, Groningen, Lipizzaner and Kladruber. Spanish horses have been used extensively in classical dressage in Germany since the 16th century. They thus influenced many German breeds, including the Hanoverian, Holstein, East Friesian and Oldenburg. Dutch breeds such as the Friesian and Gelderland also contain significant Spanish blood, as do Danish breeds such as the Fredericksborg and Knabstrupper.
Andalusians were a significant influence on the creation of the Alter Real, a strain of the Lusitano, and the Azteca, a Mexican breed created by crossing the Andalusian with American Quarter Horse and Criollo bloodlines. The Spanish jennet ancestors of the Andalusian also developed the Colonial Spanish Horse in America, which became the foundation bloodstock for many North and South American breeds. The Andalusian has also been used to create breeds more recently, with breed associations for both the Warlander (an Andalusian/Friesian cross) and the Spanish-Norman (an Andalusian/Percheron cross) being established in the 1990s.

Naming and registration

Until modern times, horse breeds throughout Europe were known primarily by the name of the region where they were bred. Thus the original term "Andalusian" simply described the horses of distinct quality that came from Andalusia in Spain. Similarly, the Lusitano, a Portuguese horse very similar to the Andalusian, takes its name from Lusitania, an ancient Roman name for Portugal.
The Andalusian horse has been known historically as the Iberian Saddle Horse, Iberian War Horse, Spanish Horse, Portuguese, Peninsular, Extremeno, Villanos, Zapata, Zamaranos and Jennet. The Portuguese name refers to what is now the Lusitano, while the Peninsular, Iberian Saddle Horse and Iberian War Horse names refer to horses from the Iberian Peninsula as a whole. The Extremeno name refers to Spanish horses from the Extremadura province of Spain and the Zapata or Zapatero name to horses that come from the Zapata family stud. The Villano name has occasionally been applied to modern Andalusians, but originally referred to heavy, crossbred horses from the mountains north of Jaen. The Carthusian horse, also known as the Carthusian-Andalusian and the Cartujano, is a sub-type of the Andalusian, rather than a distinct breed in itself. A common nickname for the Andalusian is the "Horse of Kings". Some sources state that the Andalusian and the Lusitano are genetically the same, differing only in the country of origin of individual horses.

A Pure Spanish Horse
In many areas today, the breeding, showing, and registration of the Andalusian and Lusitano are controlled by the same registries. One example of this is the International Andalusian and Lusitano Horse Association (IALHA), claimed to have the largest membership of any Andalusian registering organization. Other organizations, such as The Association of Purebred Spanish Horse Breeders of Spain (Asociación Nacional de Criadores de Caballo de Pura Raza Española or ANCCE), use the term "Pura Raza Española" or PRE to describe the true Spanish horse, and claim sole authority to officially register and issue documentation for PRE Horses, both in Spain and anywhere else in the world. In most of the world the terms "Andalusian" and "PRE" are considered one and the same breed, but the public position of the ANCCE is that terms such as "Andalusian" and "Lusitano" refer only to crossbreds, which the ANCCE considers to be horses that lack quality and purity, without official documentation or registration from official Spanish Stud Book.
In Australasia, the Australasia Andalusian Association registers Andalusians (which the registry considers an interchangeable term for PRE), Australian Andalusians, and partbred Andalusians. They share responsibility for the Purebred Iberian Horse (an Andalusian/Lusitano cross) with the Lusitano Association of Australasia. In the Australian registry, there are various levels of crossbred horses. A first cross Andalusian is a crossbreed that is 50 percent Andalusian, while a second cross Andalusian is the result of crossing a purebred Andalusian with a first cross – resulting in a horse of 75 percent Andalusian blood. A third cross, also known by the registry as an Australian Andalusian, is when a second cross individual is mated with a foundation Andalusian mare. This sequence is known as a "breeding up" program by the registry.

Pure Spanish Horse

The name Pura Raza Española (PRE), translated as "Pure Spanish Horse," is the term used by the ANCCE, a private organization, and the Ministry of Agriculture of Spain. The ANCCE uses neither the term "Andalusian" nor "Lusitano", and only registers horses that have certain recognized bloodlines. In addition, all breeding stock must undergo an evaluation process. The ANCCE was founded in 1972. Spain's Ministry of Agriculture recognizes the ANCCE as the representing entity for PRE breeders and owners across the globe, as well as the administrator of the breed stud book. ANCCE functions as the international parent association for all breeders worldwide who record their horses as PRE. For example, the United States PRE association is affiliated with ANCCE, follows ANCCE rules, and has a wholly separate governance system from the IALHA.
A second group, the Foundation for the Pure Spanish Horse or PRE Mundial, has begun another PRE registry as an alternative to the ANCCE. This new registry claims that all of their registered horses trace back to the original stud book maintained by the Cria Caballar, which was a branch of the Spanish Ministry of Defense, for 100 years. Thus, the PRE Mundial registry asserts that their registry is the most authentic, purest PRE registry functioning today.
As of August 2011, there is a lawsuit in progress to determine the legal holder of the PRE stud book. The Unión de Criadores de Caballos Españoles (UCCE or Union of Spanish Horse Breeders) has brought a case to the highest European Union courts in Brussels, charging that the Ministry of Spain's transfer of the original PRE Libro de Origen (the official stud book) from the Cria Caballar to ANCCE was illegal. In early 2009, the courts decided on behalf of UCCE, explaining that the Cria Caballar formed the Libro de Origin. Because it was formed by a government entity, it is against European Union law for the stud book to be transferred to a private entity, a law that was broken by the transfer of the book to ANCCE, which is a non-governmental organization. The court found that by giving ANCCE sole control of the stud book, Spain's Ministry of Defense was acting in a discriminatory manner. The court held that Spain must give permission to maintain a breed stud book (called a Libro Genealógico) to any international association or Spanish national association which requests it. Based on the Brussels court decision, an application has been made by the Foundation for the Pure Spanish Horse to maintain the United States stud book for the PRE. As of March 2011, Spain has not revoked ANCCE's right to be the sole holder of the PRE stud book, and has instead reaffirmed the organization's status.

Uses


An Andalusian jumping
The Andalusian breed has over the centuries been consistently selected for athleticism. In the 17th century, referring to multi-kilometer races, Cavendish said, "They were so much faster than all other horses known at that time that none was ever seen to come close to them, even in the many remarkable races that were run." In 1831, horses at five years old were expected to be able to gallop, without changing pace, four or five leagues, about 12 to 15 miles (19 to 24 km). By 1925, the Portuguese military expected horses to "cover 40 km over uneven terrain at a minimum speed of 10 km/h, and to gallop a flat course of 8 km at a mimimum speed of 800 metres per minute carrying a weight of at least 70 kg", and the Spanish military had similar standards.
From the very beginning of their history, Andalusians have been used for both riding and driving. Among the first horses used for classical dressage, they are still making a mark in international competition in dressage today. At the 2002 World Equestrian Games, two Andalusians were on the bronze-medal winning Spanish dressage team, a team that went on to take the silver medal at the 2004 Summer Olympics. Today, the breed is increasingly being selectively bred for increased aptitude in classical dressage. Historically, however, they were also used as stock horses, especially suited to working with Iberian bulls, known for their aggressive temperaments. They were, and still are, known for their use in mounted bull fighting. Mares were traditionally used for la trilla, the Spanish process of threshing corn practiced until the 1960s. Mares, some pregnant or with foals at their side, spent full days trotting over the corn. As well as being a traditional farming practice, it also served as a test of endurance, hardiness and willingness for the maternal Andalusian lines.
Andalusians today are used for show jumping, western pleasure and many other classes at horse shows.[ The current Traveler, the mascot of the University of Southern California, is an Andalusian. The dramatic appearance of the Andalusian horse, with its arched neck, muscular build and energetic gaits, has made it a popular breed to use in film, particularly in historical and fantasy epics. Andalusians have been present in films ranging from Gladiator to Interview with a Vampire, and Lara Croft Tomb Raider: The Cradle of Life to Braveheart. The horses have also been seen in such fantasy epics as The Lord of the Rings film trilogy, King Arthur, and The Chronicles of Narnia: The Lion, the Witch and the Wardrobe. In 2006, a rearing Andalusian stallion, ridden by Mexican conquistador Don Juan de Oñate, was recreated as the largest bronze equine in the world. Measuring 36 feet (11 m) high, the statue currently stands in El Paso, Texas.